P R E P A R A C I Ó N:

1. Precalentar el horno a 220ºC/7. Recubrir el molde desmoldable con papel de hornear antiaderente y engrasar ligeramente las paredes.

2. En un bol grande, batir la nata y el azúcar con una batidora eléctrica hasta que la mezcla quede esponjosa.

3. Agregar las semillas de vainilla a la mezcla y remover bien

4. Añadir las yemas de huevo, un poco de zumo de limón y la piel rallada. Mezclar

5. Partir en trozos el chocolate con leche y fundir en un bol grande al baño Maria; reservalo y dejar enfriar ligeramente

6. Batir el queso fresco, la semolina, la maicena y la vainilla en el bol grandes con la nata

7. Mezclar un tercio de la mezcla de nata con el chocolate fundido, e incorparar, removiendo, el cacao en polvo y el café instantáneo para obtener la mezcla de moca

8. Batir las claras de huevo a punto de nieve y añadir un cuarto de las claras montadas a la mezcla de moca

9. Incorporar el resto de la clara de huevo en la mezcla de nata (la que no se ha mezclado con el chocolate fundido, el cacao y el café instantáneo)

10. Reservar 4 cucharadas de la mezcla de moca y extender el resto en la base del molde. A continuación, extender una capa lisa de mezcla de nata blanca por encima

11. Introducir las 4 cucharadas restantes de mezcla de moca en una manga pastelera pequeña y recortar el extremo. Formar tiras con la mezcla de moca sobre la superficie de la tarta de queso. Crear un efecto marmolado dibujando unas ondas en la superficie con un tenedor

12. Hornear de 30 a 35 minutos. Reducir la temperatura a 200ºC/6 y volver a hornear durante 20-25 minutos más. Cubrir con una capa de papel de aluminio si se dora demasiado deprisa

13. Dejar enfriar la tarta en el molde anted de desmoldarla y transladarla a una bandeja. Servirla con nata montada o con crema de leche