P R E P A R A C I Ó N:

1. Un día antes. Pelar las peras, descorazónalas y corta cada una por la mitad a lo largo y, luego, cada trozo en otras tres partes.

2. Pon la mantequilla en una cazuela que sea antiadherente y caliéntala a fuego suave. Cuando esté deshecha, incorpora los trozos de pera, las semillas de vainilla machacadas y el clavo de olor. Espolvorea el azúcar, mézclala con cuidado y añada cuatro cucharadas soperas de agua.

3. Cuece las peras con la cazuela tapada. Cuando estén blandas, quita la tapadera y mantén la cocción hasta que veas que los trozos de pera se hayan caramelizados, pero ten mucho cuidado para que no se quemen. Con la ayuda de una cuchara, pásalas a un recipiente de cristal, tápalo y guárdalo en el frigorífico. Conserva en otro recepiente el jugo caramelizado que haya quedado en la cazuela e mételo también al frigorífico.

4. Deja el helado de vainilla a temperatura ambiente hasta que se haya ablandado un poco, para poder trabajar con él. Mézclalo con el mascarpone y congélalo de nuevo, hasta el día siguiente.

5. Dos horas antes. Distribuye el merengue en cuatro copas. Saca el jugo caramelizado del frigorífico y añade una cucharada de agua.

6. Media hora antes. Saca el helado del congelador para que no esté muy frío. Al servirlo pon unas cucharadas de helado sobre el merengue. Distribuye por encima los trozos de pera. Caliente el jugo de caramelizado y riega con él las peras. Sirve inmediatamente.